Un Rosario para el Conductor

El Vaticano expresó hoy su preocupación por los numerosos muertos en las carreteras, denunció que el automóvil se ha convertido en un objeto de ostentación y vanidad para suscitar envidia, invocó la prudencia e hizo público un decálogo o los "Diez Mandamientos" del conductor.

En resumen esto es lo que el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, ha preparado en el texto en el que la Iglesia reflexiona y ofrece su contribución ante el fenómeno de la movilidad humana en la época actual.

Ante mi se retuercen y gruñen una serie de razonamientos que hacen saltar la alarma de mi pobre y atribulada mente.

Vayamos uno por uno. Ostentación y vanidad, eh? Aún recuerdo mi ultimo viaje a la Republica Dominicana; cansado de ver casas inmundas, coches y motos inmundos y gente viviendo en una pobreza insultante, mis ojos se posan sobre un edificio que domina el horizonte. Coronado sobre la única colina en cientos de kilometros se alza, imponente, un edificio titánico que hipnotiza la mirada y le hace a uno sentirse poco menos que un gusano. Contraste salvaje con las chabolas que rodean el recinto de varios kilomentros, que no pasan de una altura y que apenas reúnen un buen techo entre todas. ¿Y que podrá ser ese edificio que amedranta a toda construccion ridícula que lo rodea? ¿No me digas? Una iglesia, eh? Ostentación y vanidad, eh?

Que defecto mas reprobable.

Veamos otro asunto: "Los autos tienden a sacar el lado ´primitivo´ de los seres humanos, produciendo por ello resultados bastante desagradables", dijo el documento. Ooohh, pero que malos que son los coches. Obras del diablo seguramente. No es que en occidente en la época actual estemos como cabras, desquiciados, estresados y llenos de prejuicios, y aprovechemos la minima ocasión para demostrar como realmente somos. No. Es que somos buenos y equilibrados, y los coches sacan el lado primitivo de nosotros.

Podría seguir con los "asuntillos" un buen rato, pero me estoy empezando a aburrir. Iré al plato fuerte: Santiguarse antes de sentarse ante el volante y rezar el Rosario durante el trayecto son algunos de los consejos.

Osea, que a principios el siglo XXI, descodificado el genoma humano, en plena investigación de nanotecnología molecular y en pleno desarrollo de la cirugía virtual, el consejo que se le ocurre al Vaticano para antes de subir al coche es santiguarse. Muy bien, cuando las naciones subdesarrolladas de Africa pidan a la ONU ideas para la sostenibilidad del agua, estos les pueden presentar un proyecto donde se aconseje rezar a Eweer y de paso hacer algun que otro sacrificio. No veo la diferencia.

Ya me imagino al señor Dios en su trono, decidiendo quien va a morir en la carretera y diciendo: mmh, espera. Este no, que se ha santiguado, mejor aquel pringao; tiene mujer y tres hijos, pero si no se santigua...

Bueno, quiza algunos digan que he sacado de contexto la frase (la verdad es que se me da genial), y que realmente rezar el rosario es recomendable por sus propiedades tranquilizadoras, y que sirve para relajarse y no cagarse en tó con el volante. Bueno, en ese caso no importa que sea el rosario o cualquier otra cosa con tal de que relaje y tranquilize. Y conozco algo que lo hace... y muy bien. Bueno ya sabeis!! a fumar porros para coger el coche... Benedicto XVI lo recomienda!!!

JeJe