Este mes hablaremos de Gary Coleman, el protagonista de la serie "Arnold". Nació en Zion, Illions, Estados Unidos, en 1968. Fue descubierto por el magnate televisivo norteamericano Fred Silverman, quien le propuso grabar el piloto de "Blanco y Negro" (Different Strokes en el original), una serie que en principio iba a ser de denuncia social por cuestiones de racismo y que acabó siendo la comedia insulsa y politicamente correcta que todos conocemos. Gary se convirtió en uno de los reyes de la comedia en los 80, su cara amofletada y su capacidad de improvisación (su padre de ficción en la serie llegó a declarar que el niño tenía "el coeficiente intelectual de Einstein" -??-) le llevaron a ganar 70.000 dólares por episodio y a ser el niño más visto en la televisión estadounidense. Además se convirtió en uno de los primeros reyes del merchandising, desde calzoncillos hasta latas para la merienda atiborraban los escaparates de las tiendas yankis; el propulsor fue la publicidad, llegó al filmar mas de noventa anuncios y cientos de contratos con marcas de la época. Todo muy bonito, Gary era el niñito adorado por las viejecitas y elevado a ídolo por su famosa frase "¿De qué estás hablando Willis?" o "¿Que mestás contanduu?" o “¿de qué estás hablanduuu?" o algo así que no recuerdo bien (igual de repugnante en original "Whatchoo talkin' 'bout?")
Logró, tras varios años de demandas, una indemnización de sus padres por un millón de dólares. Pero era poco debido a las multas por agresiones que acumulaba gracias a su cordial carácter. Cuando trabajaba de guardia de seguridad (????) en unos grandes almacenes, una ancianita que le vió decidió emular el apretón de mofletes que tantas veces había disfrutado en la serie, y Gary la instó a desistir con un tremendo derechazo que la noqueó. O cuando fue demandado por un cazaautografos que osó interrumpir a nuestro héroe mientras intentaba comprar un chaleco antibalas en unos grandes almacenes y tuvo que ser hospitalizado. (Estos hechos propiciaron el cameo que protagoniza en los Simpsons).
La cosa pintaba muy mal para Coleman hasta que volvió a levantar un poco la cabeza cuando la compañía de videojuegos “Running With Scissors” le contrató para su juego "Postal 2", en el que Gary firmaba autógrafos en un centro comercial hasta que los fans le sacaban de sus casillas y él, ametralladora en ristre, los masacraba sin piedad. Muy bonito (para alguien que quiso ser gobernador...)
Así que tras su corta carrera política en la que desfilaba con mujeres de generosos pechos mas grandes que su cabeza, Gary ha vuelto a los cameos baratos y algún que otro documental sobre su vida. Hoy, a los 39 años, vive solo y compajina su empresa de trenes eléctricos con su movimiento en contra de los niños actores. "Lamento no haber tenido el conocimiento para poder decidir actuar o no de niño. Si tuviera la máquina del tiempo, iría al momento en que tenía 7 u 8 y me aseguraría no cometer el mismo error" Gary coleman.